Mitos Falsos del Deporte

Los mitos falsos del deporte son creencias erróneas que han persistido a lo largo del tiempo y que pueden afectar la forma en que las personas se relacionan con la actividad física.

Son muchas las falsas creencias que rodean el mundo del deporte y la salud, algunas de ellas muy arraigadas en la población.

Estos mitos pueden llevarnos a prácticas deportivas inútiles o incluso peligrosas para nuestra salud.

A continuación te compartimos los mitos falsos más comunes y populares que existen y que hasta la fecha continúan siendo un tema de conversación y duda entre las personas.

1. Sudar adelgaza

El sudor es un mecanismo automático de protección contra la temperatura exterior. Efectivamente, cuando se suda se pierde peso. Pero se recupera inmediatamente, al reponer los líquidos (imprescindibles para la salud y el rendimiento) que se han perdido con la sudoración.

Sudar abundantemente no es sinónimo de una mayor pérdida de peso. De hecho, la sudoración excesiva durante el ejercicio puede conllevar un riesgo de deshidratación por la pérdida de electrolitos a través del sudor.

2. Estirar y calentar siempre

En deportistas amateurs, calentar y estirar antes de una prueba de larga distancia no es necesario. La explicación está en que esta práctica suele producir un desgaste físico innecesario antes de iniciar un entrenamiento o una competición que ya es dura de por sí.

De este modo, antes de empezar sería aconsejable hacer un trote suave mínimo, pequeños saltos o movimientos de cintura para aumentar ligeramente la frecuencia cardiaca y entrar en calor.

Por tanto, el calentamiento y los estiramientos antes de una competición únicamente tienen sentido en los deportistas de alto nivel.

3. El deporte aumenta el apetito

Más bien al contrario: lo reduce. El ejercicio físico aumenta la cantidad de amilina en sangre, que minimiza la sensación de hambre. Además correr aumenta la sensibilidad a la leptina, una hormona que liberan las células grasas avisando de que ha llegado el momento de dejar de comer.

4. Sin dolor no hay recompensa

Algunos piensan que el ejercicio debe ser extenuante para ser efectivo. La mejora del rendimiento deportivo consiste en un equilibrio adecuado entre el ejercicio y el descanso. Sin embargo, esto es algo que muchas veces no contemplan ciertos deportistas, pues algunos de ellos siguen considerando que ‘más es mejor’.

5. Entrenar en ayunas es mejor

Algunas personas tienen la creencia de que entrenar en ayunas, a primera hora de la mañana, ayuda a que el cuerpo utilice a la grasa como combustible. Recordemos que la utilización preferente de grasas como sustrato energético durante el ejercicio solo se da en trabajos de muy baja intensidad. Y, tal y como se ha mencionado anteriormente, para perder peso de forma efectiva es necesario entrenar a alta intensidad.

El problema entonces es que, cuando se hace ejercicio sin desayunar, las reservas de carbohidratos no son las idóneas para afrontar un entrenamiento intenso.

Por ello, la recomendación general, y médicamente más documentada, es la de no entrenar sin desayunar.

6. Tomar antiinflamatorios

Existe la creencia de que tomar algún antiinflamatorio (ibuprofeno o diclofenaco) o ácido acetilsalicílico antes o durante una carrera, un triatlón o una prueba ciclista puede mitigar la aparición de dolor muscular en el transcurso de la práctica deportiva o después.

Sin embargo, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) no previenen el daño muscular inducido por la actividad física, no evitan las molestias posteriores ni ayudan a mejorar el rendimiento físico.

Además, cabe recordar que el consumo de antiinflamatorios tiene, entre sus efectos secundarios, la posible aparición de molestias gastrointestinales.

7. Entrenar es mejor por la mañana

Quemamos exactamente el mismo número de calorías a las 5 de la mañana y a las 5 de la tarde; el rendimiento físico suele verse reducido por la mañana porque la temperatura corporal está en su momento más bajo y los niveles de vitalidad también. Sin embargo, hacer ejercicios por la mañana después de un desayuno ligero, nos da mucha energía para el resto del día y además nos hace quemar más grasa, puesto que el estómago está vacío y nuestro cuerpo utiliza nuestras reservas para conseguir la energía que necesita.

8. Toma bebidas deportivas

Aunque algunos afirman que las bebidas deportivas son mejores que el agua para hidratarse,  la realidad es que estas bebidas son una fuente de azúcar y agua. Los expertos recomiendan usar tan solo agua para la rehidratación, y usar alimentos con alto contenido proteico tras un entrenamiento, ya que las proteínas ayudan al crecimiento muscular.

9. Todos los ejercicios son saludables

El deporte es saludable siempre y cuando se realice correctamente. La idea de que toda práctica deportiva es beneficiosa para la salud es falsa.

El deporte puede ser contraproducente y peligroso si se realiza de forma inadecuada, sin tener en cuenta la edad, condición física y muchos otros factores.

Se debe controlar la cantidad y la calidad, siendo conveniente buscar asesoramiento de un profesional para evitar excesos.

10. El deporte solo es para deportistas

Uno de los mitos más comunes es que solo los atletas profesionales pueden beneficiarse del ejercicio, cuando en realidad cualquier persona puede disfrutar de los efectos positivos de la actividad física, como mejorar la salud cardiovascular, reducir el estrés y aumentar la energía.

No hay excusa hoy que nos impida movernos de manera saludable, divertirnos, esforzarnos por alcanzar objetivos, motivarnos para llevar una dieta correcta, relacionarnos con otras personas con un interés común, y, por supuesto, educarnos en los grandes valores que el deporte, bien entendido, puede reportarnos a todos.

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